El amo de la TV digital.
La nueva Sogecable, Digital +, fruto de la absorción más que fusión de Vía Digital, tiene todas las exclusivas posibles para no encontrar oposición en la debilitada competencia audiovisual. Sus competidores: el cable no cubre todo el territorio algo que sigue fortaleciendo a la recepción vía satélite, el hilo telefónico sí llega a todas las casas pero a Imagenio le sobra imaginación y le faltan contenidos tan importantes como el fútbol. Otros aún no son ni competencia, como la TV digital terrestre que no acaba de despegar.
Javier Muñoz

La situación de Digital + es poderosa tal y como está el patio. Y según esta premisa parece aún más verídica su campaña salvaje (millonaria en recursos, ostentosa en apariencia) en la que sus hordas se lanzan a la conquista de los televidentes.

El monopolio de la televisión de pago despojó a posibles candidatos de todos esos contenidos atrayentes y con más facilidad de la prevista. Así se demuestra que los árbitros de la contienda, los que marcaron condiciones en el Consejo de Ministros, por sus blandos y asumibles límites, han provocado que haya un solo amo en la TV digital.

Y Además el nuevo rey ha puesto al descubierto las miserias de las televisiones en abierto que últimamente ofrecen sólo carnaza al gran público, producción barata o telebasura como quieran llamarlo. Ni programas infantiles, ni películas de estreno, ni fútbol,... si quiere ver algo pregunte por ahí. Sólo parece que la televisión pública responde, quizá porque es su deber último.

Y sin contenidos de calidad, la TV gratuita abre aún más su herida y permite un terreno abonado a la plataforma para que sume nuevos socios. Y Finalmente encontramos un panorama audiovisual con un solo dueño que detenta un poder casi absoluto de los contenidos exclusivos de televisión (así se presenta Digital +), algo que trastoca y puede descolocar el futuro de muchas empresas, aspecto que va más allá de la “función fundamental” del nuevo amo, la de entretener.

Es posible que la presente situación audiovisual sea más positiva que la incertidumbre, cuando nadie sabía que iba a pasar, cuándo no había enemigo ni amigo en el horizonte, por eso la llegada en tropel de Digital + ha aliviado muchas tensiones y ha puesto a trabajar a todo el entramado de un sector apurado por la espera: instaladores, ingenieros, fabricantes, incluso productores de contenidos prefieren una realidad tangible que las promesas que nunca llegan. Llámese TV digital terrestre.

La verdad es que con Digital + el mercado audiovisual crece y se desarrolla, el movimiento que produce una plataforma de esta envergadura ofrece soluciones en el presente para algunas empresas. Pero muchas quedaron en el camino precisamente por un lento despertar que no perdona la nueva apisonadora de la TV digital.

La plataforma funciona como una computadora de gran precisión que estudia sus recursos en función de la rentabilidad de los mismos, así la intelectualidad, la cultura, la producción independiente puede ser accesoria. La idea es alcanzar beneficios en el plazo más corto y para eso hay que dejar lastre en el camino, aunque este destile las mejores esencias.

Entrando en las casas

¿Y cómo trata Digital + a la fuerza viva de este sector, los instaladores?. Hoy no les trata mal, quizá es consciente de que ellos son los que entran en las casas, los que reciben las consultas de sus clientes. Pero ofrece más trabajo a los que pueden acabar más pronto con las listas de espera y deben instalar muy rápido si quieren seguir recibiendo pedidos, hasta tal punto que la empresa instaladora tiene que especializarse sólo en montar antenas apuntando a Astra (que es donde nos cuentan los profesionales que orientan las nuevas instalaciones).
Pero las empresas instaladoras también lo son de porteros automáticos, aire acondicionado, antenas terrestres o de domótica que es el futuro. Aunque muchos prefieren aprovechar el boom y dedicarse a Digital +.

Aquí y ahora tenemos una situación parecida a la que se vive en la gran selva con la gran empresa maderera que ofrece a las zonas reprimidas su desarrollo a cambio de árboles. El problema es ¿qué pasará en el futuro? Pues muy probablemente que la gran selva cederá ante la gran empresa de la madera.

Y al final el mañana se presentará con la práctica desaparición de la posibilidad de competir para otros operadores, puesto que la plataforma única dispone de los derechos sobre el cine y tiene el monopolio sobre el fútbol. Y en esta película los teles-pectadores no tendrán la oportunidad de elegir.

Lo que es evidente es que hoy en España el sol alumbra al monopolio perfecto, al que toda televisión de pago quisiera tener. La apuesta tecnológica y empresarial de Digital + puede ser muy loable pero, ¿en qué punto se encuentra la protección de los derechos de los consumidores, la protección del pluralismo informativo y gene-ral? Por ahora los antiguos abonados a Digital + tendrán que contribuir a su gran factura y a la renovación de sus contratos encontrarán una segura subida de precios y los nuevos, ya pagarán.


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